Seguro han escuchado la palabra consentimiento muchas veces. En el ámbito sexual el consentimiento es un “sí” rotundo y entusiasta. Cuando este se ausenta, estamos ante una situación de abuso que merece ser reportada ante la justicia. Pero vayamos poco a poco.
- ¿Qué es el consentimiento? Como dijimos, es la aprobación que damos para tener relaciones sexuales.
- ¿Cuándo se debe dar? La respuesta es siempre. Todas las veces que tengamos algún tipo de vínculo sexual, desde un beso hasta otras prácticas más íntimas, debemos solicitar consentimiento para estar seguros de que la otra persona desea lo mismo. Pedirlo no es muy difícil, basta con preguntar: ¿puedo? o ¿te gustaría? Si la respuesta es un sí, ¡adelante! Si es un “no me molesta” o “no estoy seguro/a”, simplemente no debemos insistir.
Ojo: Cuando decimos que el consentimiento se debe solicitar y dar siempre, lo decimos de manera literal. Es decir, el consentimiento también se aplica dentro de las relaciones de pareja y matrimonios. Hasta hace unos años, se creía que una situación de abuso sexual dejaba de ocurrir si la pareja tenía un vínculo formal y ¡nada más falso! Las violaciones sexuales pueden también ocurrir en estos casos y si conoces de alguno, puedes reportarlo gratuitamente a la línea 100 del Ministerio de la Mujer.
Hemos escuchado muchas veces que a veces cuando alguien dice que no quiere, significa que hay que seguir insistiendo. Esto tiene que acabar. NO ES NO. PUNTO.
