Seguro muchas de ustedes han escuchado sobre la copa menstrual, como alternativa de higiene femenina durante el periodo. Esta se ha vuelto muy popular, principalmente porque resulta más económica y ecológica que comprar y desechar tampones y toallas cada mes.
La copa es un recipiente de silicona médica hipoalergénica, que se introduce en la vagina y recoge el flujo menstrual; en lugar de absorberlo como hacen los tampones y toallas higiénicas.
El primer paso es elegir la talla correcta para evitar molestias o que esta se deslice y ocasione ciertos derrames. Las hay de distintos tamaños y marcas, la talla S, usualmente indicada para menores de 18 años que no han tenido relaciones sexuales con penetración; la talla M, para menores de 30 años sin experiencia de parto y menores de 18 años que ya han tenido relaciones sexuales y la L, para mayores de 30 años o mujeres que han tenido un parto natural.
Importante: Usar una copa menstrual no debería doler. Ni al ponerla, ni al quitarla. Recuerda que la vagina es flexible y que la copa se amolda a las paredes vaginales. Además, si te la pones adecuadamente, ¡ni siquiera deberías sentir que la llevas puesta! Eso sí: La copa es reutilizable, pero hay que esterilizarla antes y después para evitar infecciones. Basta con enjuagar con agua caliente y mantenerla guardada en una bolsa de algodón hasta el siguiente ciclo. ¡Definitivamente esta es una alternativa interesante a considerar!