El implante anticonceptivo o también llamado, anticonceptivo subdérmico, es una varilla delgada que ayuda a prevenir el embarazo. Es un método de largo plazo, dura entre tres y cinco años. Además es muy efectivo: En un año, menos de 1 de cada 100 mujeres que usan el implante anticonceptivo queda embarazada.
Ponerlo requiere de la labor de un especialista de la salud: El personal médico inserta debajo de la piel del brazo (en la parte superior) esta varilla que es flexible y del tamaño de un fósforo. Una vez colocada, el implante libera de forma regular una baja cantidad de hormonas en el cuerpo. Estas hormonas hacen dos cosas: Engrosan la mucosa del cuello del útero para evitar la fecundación (le dificultad al esperma andar y así no puede ocurrir) e inhiben la ovulación. Sin embargo, como todo anticonceptivo, este implante tiene sus pros y sus contras que detallaremos a continuación:
- Dentro de lo positivo tenemos que es muy práctico, ¡no tienes que ponértelo todos los meses! Te lo pones una vez y te olvidas, porque dura varios años. A algunas mujeres les ayuda cuando tienen cólicos menstruales fuertes y es hormonalmente menos pesado, porque a diferencia de la mayoría de métodos hormonales que tiene dos hormonas (estrógeno y progestina), este solo tiene uno (progestágeno).
- Entre las desventajas: Recuerda que este implante no te protege contra las infecciones de transmisión sexual, así que es bueno usarlo de forma complementaria con un condón. No es tan común, pero algunas mujeres experimentan dolor en el brazo e incluso infecciones luego de la operación que requerirán de medicamentos. Otro efecto secundario común es tener sangrado irregular (cambios en la frecuencia, intensidad y diración del periodo), especialmente en los primeros 6 a 12 meses.