Una de las tantas fantasías masculinas de hombres heterosexuales es explorar el sexo anal. Esta es una práctica de mucha popularidad en la industria pornográfica, sin embargo, no existe mucha información sobre sus implicancias en la vida real. En este post, exploraremos qué es lo que más les atrae de hacerlo por detrás y cuáles son los cuidados a tener en caso por mutuo consentimiento se opte por esta experiencia.
Uno de los motivos por el cual muchos hombres desean probar esto es porque el canal anal es más angosto que el vaginal, así que se espera que la sensación de masaje para el pene sea muy placentera. Sin embargo, ¡hacerlo de esta forma es un gran desafío! Es necesario que haya muy buena comunicación en pareja para asegurar que sea placentero, ya que a diferencia de la vagina, el ano no tiene lubricación natural.
Existe también la idea tradicional de que una mujer puede ser suya y una manera de sentirse dueños de ella es accediendo a sus distintos conductos. Seguro se sentirán especiales si es que una mujer les da la oportunidad de tener sexo anal y esta es una oportunidad que ella no le ha dado antes. Esta razón tiene que ser evaluada con pinzas, porque nadie es propiedad de nadie. La única razón para tener sexo anal debe ser que ambas partes lo desean con entusiasmo. ¡Recuerda que nadie te debe presionar a hacer algo que no deseas, ni caer en discursos manipuladores para lograrlo! Si te dice “si no lo haces conmigo es porque no me quieres”, ¡huye, porque esa persona no está respetando tus deseos!
Ahora, si ya decidiste que tú también quieres explorar esta parte, debes saber que el sexo anal no tiene por qué doler. Así, es muy importante contar con lubricante a la mano y también con una sesión de previos para asegurar que estás lo suficientemente relajada. Por último, ¡usa condón! Y para nada aceptes el paso de un conducto a otro, ¡hay que evitar las infecciones!