Cuando estamos en una relación saludable y llena de afecto, el sexo aporta al bienestar de las personas. Por ejemplo, en el mediano y largo plazo, practicarlo nos ayuda a reducir la ansiedad, el estrés, a tener en buen estado nuestro sistema inmune e incluso ayuda a la salud de nuestro corazón. Esto ha sido estudiado por distintas disciplinas.
Sin embargo, hay efectos más inmediatos que podemos observar directamente en nuestra piel tras tener relaciones sexuales. Al cambio que experimentamos en nuestro rostro se le llama resplandor post-sexo, que es cuando tenemos la piel “chaposa” y con efecto luminoso.Esto ocurre por el aumento del flujo sanguíneo durante las relaciones sexuales y el clímax, que se traducen en una piel ligeramente sonrojada. Este aumento de circulación sanguínea, a su vez, ayuda a bombear oxígeno a la piel a través de las venas y darle más luminosidad.
Un dato curioso es que las mejoras en la piel no solo se limitan a las horas posteriores al encuentro. La circulación sanguínea por el sexo y el aumento de oxígeno que se bombea sucesivamente, favorece la producción de colágeno y elastina, las cuales son moléculas muy saludables para nuestra piel.
Claro, todos estos efectos pueden echarse a perder si tenemos hábitos poco saludables, como fumar. Así que es importante sabe cuidar nuestro cuerpo y nuestras emociones.